Colaboraciones en booktok


Hoy os quiero contar un poquito sobre mi experiencia después de haber sacado mi primer libro.
Siendo autopublicado, esa ilusión que nace desde dentro de ti en el momento en el que estás a punto de publicar tu primer libro después de haber pasado por varias lecturas, puliendo detallitos y mandándolo a “profesionales” para que corrijan el texto y lo maqueten, por fin llega el momento de publicarlo y darle promoción (error muy común, pues se tiene que empezar a promocionarlo mucho antes de su publicación). Aquí es donde hay que tener especial cuidado porque la gente que se dedica a reseñar libros (no todo/as obviamente) muchas veces se ampara bajo esa máscara para conseguir libros gratis que seguramente no lean en la vida (en el mejor de los casos) o acaben lucrándose de ellos vendiéndolos en plataformas de venta de segunda mano como las que ya todo el mundo conoce.

Juegan con nuestra ilusión, nuestras ganas de darnos a conocer y, lo peor de todo, con nuestra ingenuidad. Y eso es lo que me pasó a mí. Peque de ingenuo y gilipollas, sí, sí, como lo habéis leído, GILIPOLLAS, creyendo que lo que iba a ser una colaboración se quedó en agua de borrajas donde nunca más se supo de la colaboración.

Y el modus operandi es el siguiente. Se ponen en contacto contigo, te regalan el oído y, cuando ya te tienen donde quieren tenerte, te lanzan la pregunta: ¿Quieres que te haga una colaboración de tu libro?, y claro, ante tal oferta y deseando darte a conocer, ¿quién dice que no? Yo no lo hice. ¿Me arrepiento? No. ¿He escarmentado? Sí. ¿Lo volvería a hacer? Ni de coña, vamos.

Y es que, aunque dos personas me avisaron que tardarían un tiempo en poder leerlo, acepté enviarles el libro. Pero una cosa es que te digan que van a tardar y otra muy distinta, ir siguiendo sus perfiles y darte cuenta de que siguen llegándoles colaboraciones posteriores a la tuya y que de esas sí que hagan reseñas.

Para colmo, hace poco me puse en contacto con las dos cuentas que me ofrecieron la colaboración y ambas me han contestado lo mismo: “no les da la vida”, ¡NO LES DA LA VIDA! Pues bájese de ella, señora, pero no ande dando por culo.

Indudablemente, no voy a proporcionar los nombres de esas dos cuentas que me la jugaron. Sin embargo, las presentaré en mi red social más activa, donde ellas se mueven con el fin de subirlas a la palestra, exhibirlas y que, al menos, sirva para prevenir que otras personas se vean atraídas por ellas, tal como sucedió en mayo de este año.

Si pudo sacar una conclusión clara de esta experiencia, es esa, la que estáis pensando ahora mismo: “Toni, qué gilipollas eres”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario