En vísperas de Año Nuevo y a punto de dejar atrás el 2025, me gustaría hacer una valoración de lo que ha sido este año en cuanto a mi trayectoria como autor autopublicado.
Como sabréis, los que me seguís, a principios de año ya tenía a la venta “Expediente 328”, un libro de ciencia ficción, fruto de una aventura one-shot que escribí y dirigí hace una pila de años, cuando dirigía y jugaba un rol online. Pero también estaba metido de lleno en el primer manuscrito del que fue mi segunda novela autopublicada, “En manos del pasado”, un thriller ambientado en Castellón de la Plana, donde David , un joven cualquiera de una familia del montón, desaparecía sin dejar rastro una semana antes de su cumpleaños, y que publiqué en abril. No me preguntéis el día porque no lo recuerdo y tampoco me apetece entrar en la plataforma donde lo tengo publicado para mirar la fecha. Y para acabar con el tema de libros autopublicados, acabaré por hablaros de mi última novela, “La promesa de Jennifer”, donde he querido tantear el terreno de lo paranormal y que publiqué poco antes de la festividad de Halloween. Lo cual creo que fue un acierto dado el volumen de ventas que tuvo en esas fechas.
Haciendo un cálculo rápido, este año, si nos centramos en las novelas que he sacado a la venta, han sido dos, de las cuales estoy bastante orgulloso.
Lo mejor de todo es que ahora mismo estoy embarcado en dos proyectos nuevos: un thriller que estamos escribiendo mano a mano Macarena y yo y una novela gráfica ambientada en el género Gimdark junto a Edu, un diseñador gráfico que me ofreció trabajar juntos en un proyecto en común después de que se leyera “Expediente 328”. Así que después del proyecto ajeno en el que estaba involucrado, me he metido de lleno en el proyecto.
Ahora vamos a hablar del tema de redes sociales, donde TikTok ha sido en el que más activo he estado durante todo el año, aunque he intentado mantener también activas mis cuentas de Instagram y Facebook, pero con mucha menos repercusión. Aunque bien es cierto que tampoco he tenido mucha en TikTok, es en la que más he crecido de las tres.
La verdad es que aquí es donde me he llevado el chasco más grande, dado que yo pensaba que la comunidad de BookTok, al dedicarse a la lectura y escritura, iba a ser una comunidad poco tóxica en comparación con otras que he ido dejando por el camino, como la de los videojuegos, las consolas y los juegos multijugador. Pero bueno, eso es un tema aparte.
Pues resulta que en esta comunidad existe la misma toxicidad que en cualquier otra, aunque eso sí, en menor medida. Pero la hay.
Durante este año he tenido la suerte y desgracia de conocer a bastante gente. A la mayoría de estas personas las he ido dejando por el camino, quedándome con solo unas pocas. Las que yo creo que se merecen mi amistad y confianza. Porque tal y como está el patio, a la que menos te lo esperas te pegan la puñalada trapera.
He tenido la suerte de contar con la inestimable ayuda de dos personas, siendo lectoras cero y beta de “La promesa de Jennifer”, las cuales, como ya he dicho, enriquecieron mucho el resultado final de la novela. También he de decir que he tenido betas que no se merecían siquiera ese calificativo. Pero bueno, como de los errores se aprende, espero no volver a tropezar otra vez con la misma piedra.
Este año también he leído a bastantes autores y autoras autopublicados que me han sorprendido gratamente con sus novelas, de las cuales he disfrutado la mayoría. Otras, en cambio, no han corrido la misma suerte, viéndome obligado a dejar su lectura en los primeros capítulos. Simplemente la historia no era para mí.
He tenido también la suerte de conocer a dos booktokers en persona, a una autora y a un autor. Todos ellos muy majos. Incluso hicimos una quedada todos juntos para conocernos en persona. Fue una tarde bastante agradable y amena donde charlamos mucho y nos reímos todavía más. Así que un fuerte abrazo para todos y ojalá volver a quedar en 2026.
No quiero ignorar la realidad de que existe un ejemplar de “En manos del pasado” dando vueltas por ahí, como un libro viajero que comenzó con gran ilusión y, gradualmente, se ha ido desvaneciendo hasta que, hace unos días, tuve que preguntar por su estado en Madrid y aún tenía que pasar por tres lectoras más. Cosa que dudo que suceda, ya que algunas de ellas fueron de las que se quedaron por el camino.
No quería olvidarme de comentar la recta final del año donde, sin estar orgulloso de ello, expuse a una “colaboradora” de Booktok que se dedicaba a “colaborar” con autores/as y, en mi caso, después de siete meses de haberle dado el libro, ni lo enseñó ni lo leyó ni me dijo nada durante todo ese tiempo. Pero en cuanto le pregunté por ello, enseguida se puso a la defensiva alegando que no tenía tiempo cuando “colaboraciones” que le llegaron mucho más tarde que la mía, ya las enseñó y reseñó. Eso fue lo que acabó con mi paciencia y, bueno, el resultado lo tenéis en mi perfil de TikTok. Gracias a esto, otras muchas personas se animaron a pedirle explicaciones, incluso a exponerla en sus redes sociales, al igual que hice yo. Curioso fue que la otra “colaboración” que tenía pendiente, desde prácticamente el mismo tiempo, se puso “las pilas” y se leyó el libro que le mandé y me hizo una “reseña” en su perfil, reseña por llamarlo de alguna manera. Pero bueno, la hizo.
Con este asunto tuve mucho más apoyo del que creí y me sorprendí de toda la gente afectada por esta “persona”, lo cual me sentó fatal comprobar que yo no había sido un caso aislado.
Pues bueno, esto es básicamente todo lo que me ha pasado este año relacionado con la autopublicación. El balance, aun con los baches que me he ido encontrando por el camino, ha sido bastante satisfactorio, por lo que afronto el próximo año con ilusión y ganas de desarrollar todavía más mi creatividad.
Para finalizar, os dejo aquí mis redes sociales:
Un saludo y ¡Feliz 2026!

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