Hoy es domingo de actualización y tiempo de reflexión porque ayer, después de casi cuatro meses, acabé de escribir mi próxima novela. Por lo menos, el primer borrador. Como ya he contado en mis redes sociales, este libro lo he empezado de aquellas maneras y me explico: En principio, no iba a haber prólogo ni epílogo, por lo menos no entraban en mis planes. Pues bien, después de haber escrito los 51 capítulos del libro, el cuerpo me pedía a gritos un epílogo, el cual no dudé en narrar. ¿Cuál fue mi sorpresa, que después de acabarlo, el cuerpo me pedía un prólogo que también escribí, terminándolo ayer?
¿Se podría decir que este libro lo he empezado por el tejado? Pues creo que no, porque con los capítulos era más que suficiente para el lector, pero la chicha y color que le dan tanto el prólogo como el epílogo quera realmente, y desde mi punto de vista, enriquecedores a la hora de leer el libro. Aunque ya veremos qué dicen las lectoras beta, Tamy, Yesi y Macarena, a quienes les estoy sumamente agradecido por haber querido participar en su lectura. En especial (y sin menospreciar a Macarena ni a Yesi) A Tamy, quien ha estado desde el minuto cero corrigiendo el texto y dando su opinión según en qué aspectos de la novela.
Así que puedo confirmar que hoy es un día feliz para mí, pues estoy un pasito más cerca de publicar mi próximo libro. Que, por cierto, todavía no tiene título.